Son las 2 de la mañana,
y aún estoy despierta.
Mi té se ha enfriado,
mis manos están temblando.
La habitación está en silencio,
mis pensamientos están compitiendo.
Otra noche gastada
combatiendo contra estos demonios;
mientras vos estás durmiendo
tranquilamente en tu cama,
soñando con ella.
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